¿Por qué no es bueno comer antes de entrenar? La importancia de crear buenos hábitos en la infancia
Cuando pensamos en actividades físicas como el deporte o las artes marciales, especialmente en niños, solemos asociarlas con energía y movimiento, sin detenernos a pensar en qué papel juega el metabolismo y cómo la actividad repercute en el individuo en términos fisiológicos.
Comer antes de entrenar puede parecer algo inofensivo, pero en realidad puede afectar tanto al proceso digestivo como a la propia experiencia física del niño, convirtiéndose en un hábito negativo que es mejor evitar. Si estamos enseñando a los más pequeños la importancia de cuidar su salud, una lección clave es que resulta más saludable realizar el ejercicio sin tener la digestión en curso.
La digestión es un proceso complejo que requiere una importante cantidad de energía y flujo sanguíneo hacia el sistema digestivo. Cuando comemos antes de realizar ejercicio, especialmente actividades físicas intensas o dinámicas, como las de las artes marciales en el ámbito infantil —con múltiples cambios de ritmo, movimientos invertidos, giros, rodamientos, ejercicios luchatorios en suelo o saltos explosivos—, el cuerpo se ve forzado a dividir recursos entre la digestión y el ejercicio. En niños, este impacto es aún más pronunciado porque su organismo está en desarrollo y requiere, además de una gestión cuidadosa de sus recursos energéticos, insertar los hábitos nutricionales que le permitirán desarrollar un mejor rendimiento en el futuro y sin efectos negativos para su salud.
Resulta más saludable realizar el ejercicio sin tener la digestión en curso.
Diversos estudios señalan que el ejercicio inmediatamente después de comer puede causar molestias, como pesadez, náuseas e incluso mareos, todos síntomas de que el cuerpo está teniendo dificultades para manejar ambas tareas a la vez.
En el artículo "¿Cómo entrenar el intestino al ejercicio?" del Barça Innovation Hub se explica cómo la actividad física intensa puede afectar al sistema digestivo, especialmente cuando se consume alimento antes de entrenar. Explica que, durante el ejercicio, el flujo sanguíneo se redirige hacia los músculos, piel, pulmones y corazón, disminuyendo el suministro al sistema digestivo. Esto puede dificultar la digestión y provocar molestias gastrointestinales, como náuseas o diarrea, si se ingieren alimentos antes de la actividad física. En los niños, que muchas veces no saben expresar estos síntomas con claridad, estas sensaciones pueden hacer que se sientan incómodos sin comprender realmente la causa.
En disciplinas como el Kung Fu o el ejercicio físico en general, encontramos movimientos que implican el uso de la fuerza abdominal, la flexión intensa del tronco, giros, o posturas invertidas que pueden resultar particularmente incómodas si el estómago está ocupado en el proceso de digestión. Un estómago lleno puede hacer que estas actividades generen incomodidad y hasta provocar reflujo o sensaciones de náusea en el practicante. A largo plazo, estas experiencias negativas pueden desalentar a los niños y hacer que asocien el ejercicio o la práctica con incomodidad o sensaciones dolorosas, optando por un modelo de vida pasivo que intente eludir estas molestias que considera propias del entrenamiento, un error que, por desgracia, suele ser bastante común.
Establecer una rutina donde el niño aprenda a separar la ingesta de alimentos y el ejercicio es un paso muy importante hacia una vida activa y saludable. La clave de ello radica en explicarles que, para rendir al máximo y disfrutar de su práctica física, es ideal comer al menos una hora y media antes del ejercicio, permitiendo que el proceso digestivo avance lo suficiente y no les moleste en su entrenamiento. Esto ayuda a que el niño comience a ver la relación entre cuidar su cuerpo y mejorar su rendimiento, reforzando la noción de autocuidado y preparación en su vida diaria.
Resulta ideal comer al menos una hora y media antes del ejercicio
Si queremos inculcar en nuestros hijos hábitos saludables que les sirvan en la vida adulta, enseñarles la importancia y el efecto positivo de planificar la alimentación en torno al ejercicio es esencial. Evitar comer justo antes de entrenar no solo mejora su experiencia física y bienestar, sino que también les ayuda a comprender la importancia que tiene para su salud una forma correcta de alimentarse; una alimentación bien distribuida en el día, bien gestionada en tiempo y forma de comer y óptima en términos nutricionales, es decir, con variedad, buenos métodos de preparación y alimentos naturales (no procesados o ultra procesados) de alto nivel nutritivo.
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